El año 2025 fue registrado como un período extraordinario para la red de Bitcoin y las tenencias de BTC, caracterizado tanto por el crecimiento como por la turbulencia. Las medidas estratégicas en Estados Unidos a comienzos del año, junto a la demanda institucional y los movimientos regulatorios globales, impulsaron el precio hacia niveles récord sucesivos. Sin embargo, a principios de octubre, una importante ola de liquidaciones interrumpió ese impulso, llevando a una fuerte corrección del mercado. Este escenario ilustró que Bitcoin ha evolucionado hacia un activo influenciado no solo por dinámicas propias del cripto, sino también por catalizadores macroeconómicos.
Reservas estratégicas y aumento de la demanda institucional alcanzan nuevos máximos
Uno de los puntos de inflexión críticos que definieron a 2025 fue la aprobación de una reserva de criptomonedas por parte de la Reserva Estratégica de Bitcoin de EE.UU., justo después de que el presidente Donald Trump asumiera el cargo. Esta decisión aceleró la adopción en los estados de EE.UU. y en las instituciones. El flujo de fondos hacia el mercado Spot Bitcoin ETF aumentó y se mantuvo en una trayectoria elevada. Durante el mismo período, varios países introdujeron leyes integrales para regular Bitcoin y las criptomonedas, brindando un marco que redujo la incertidumbre.
Una cantidad significativa de actores institucionales invirtió en BTC a través de ETF, mientras que otro grupo adoptó un enfoque de Tesorería Bitcoin, agregando el activo directamente a sus balances. La demanda minorista que acompañó sentó las bases para que el precio alcanzara múltiples máximos históricos a lo largo del año. En julio y agosto, Bitcoin superó a Google en capitalización de mercado, ubicándose entre los activos más grandes del mundo. Antes de que cambiara la tendencia en octubre, Bitcoin alcanzó un máximo histórico de más de 126.000 dólares.
Liquidaciones de octubre, presión sobre mineros y debates sobre el ciclo bajista
Del lado de la red, 2025 marcó la prominencia de soluciones de Capa 2 como Lightning Network por sobre grandes saltos en el protocolo principal de la Blockchain. Los desarrolladores buscaban expandir el uso, pero la programabilidad limitada continuó diferenciando a Bitcoin del ecosistema cripto más amplio. Mientras tanto, el aumento de la inversión institucional fortaleció la correlación de Bitcoin con las finanzas tradicionales, haciéndolo más sensible a los catalizadores macroeconómicos.
El año dio un giro negativo a principios de octubre. Un evento masivo de liquidación eliminó 19 mil millones de dólares de la capitalización de mercado, marcando los primeros rendimientos negativos en octubre desde 2018 y dando inicio a un período en el que los principales compradores se retiraron del mercado. Bitcoin luchó por mantenerse por encima de niveles psicológicos clave, apenas sosteniéndose sobre los 90.000 dólares. Al mismo tiempo, el aumento de la dificultad de minado y la expansión de hardware reforzaron la seguridad, pero provocaron la capitulación de mineros. Las presiones sobre la rentabilidad se hicieron evidentes tanto para mineros como para inversores, llevando a algunos a migrar hacia activos tradicionales como el oro. Se generó un debate relevante sobre la posible pérdida de efecto del ciclo de cuatro años de Bitcoin en 2025, con especulaciones de que los futuros repuntes dependerán más de aumentos en la demanda que de los calendarios de reducción de recompensas por bloque.




